GUADALAJARA, JALISCO.- Todavía en 1984 era común que durante los encuentros entre los Leones Negros de la Universidad de Guadalajara (UdeG) y los Tecos de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG), el Estadio Jalisco se abarrotara de una afición estudiantil que, antes de la moda de las barras bravas, en sus consignas llevaba enclavados postulados ideológicos que teñían los partidos con la tensión épica que la caída del Muro de Berlín, acontecida cinco años después, desmanteló como un soplo, amargo o dulce, según las dos visiones en conflicto.La izquierda, supuestamente representada por la Federación de Estudiantes de Guadalajara (FEG). La derecha, agitaba sus banderas como la Federación de Estudiantes de Jalisco (FEJ). Ese 1984, el 9 de febrero, el grupo estudiantil fue señalado en un artículo del periódico The Washington Post como una organización secreta del occidente del país que operaba en contra de valores liberales. Por su parte, la FEG, encabezada por Trinidad Padilla López, practicaba una política pistoleril de facto, al amparo de negociaciones con grupos priistas. Afuera del estadio había enfrentamientos de otro tipo. Balaceras en las calles de Munguía y López Cotilla y daños a la propiedad, eran un elemento más del folclor estudiantil de la época. Mientras quela FEG, empistolada, desbarataba procesiones en memoria del cristero Anacleto Flores, los Tecos manchaban con pintura, cada aniversario luctuoso, el busto de Enrique Díaz de León, a quien se le debía teñir de rojo, rojo marxista, el tono de la enseñanza educativa estatal, tras la reforma al artículo tercero de 1934, ratificada por el Congreso local. Un año después de la huelga general de los estudiantes inconformes, en 1935, nace la Autónoma. Desde entonces hasta hoy, las cosas cambiaron radicalmente. No hay más FEG ni FEJ. En las aulas de la propia UdeG, el marxismo se menciona casi por accidente, como un tabú cuyo espíritu vaga lejano, evanescente, sin generar agitación, salvo en algún pequeño grupo de estudiantes de sociología. Los indicadores de calidad de enseñanza de la universidad pública también mejoraron, y la Autónoma se vio sacudida “como todas las escuelas privadas”, dice su rector, Antonio Leaño, por la coyuntura de crisis económicas.Cortés Guardado, rector de la UdeG, y Antonio Leaño, rector de la UAG, se reunieron ayer para pactar un acuerdo conjunto con la Asociación Hispana de Universidades (HACU); “el inglés es una preocupación común”, decía Guardado al reconocer el liderazgo de la Autónoma en el tema y programas de certificación internacional y traslado de estudiantes al extranjero, en espacial a los Estados Unidos.Para Leaño Reyes, también presidente del Club de Futbol Tecos, las pugnas históricas entre ambas universidades están “superadas”, y corresponden a otros momentos que ya no son ejes en la esencia de la universidad. Sin embargo, “si hubiera asomo de riña”, se canalizaría mediante el futbol, y en caso de que los Leones Negros regresaran a Primera División.
AHY ESTAREMOS PROXIMAMENTE EN EL 3 DE MARZO ABARROTANDO EL PEQUEÑO ESTADIO DE LOS TECOLOTES.
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